jueves, 1 de abril de 2021

La Revelacion A Pedro De Llevar El Evangelio A Los Gentiles

 




Hechos 10:1–48; 11:1–18 

1 Y había en Cesarea un varón llamado Cornelio, centurión de la compañía que se llamaba la Italiana, 

 2 devoto y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios siempre. 

 3 Éste vio claramente en visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios venía a él y le decía: ¡Cornelio! 

 4 Y él, mirándole fijamente y espantado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. 

 5 Envía, pues, ahora hombres a Jope y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 

 6 Éste se hospeda en casa de Simón, el curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que debes hacer. 

 7 Después de que se fue el ángel que hablaba con Cornelio, este llamó a dos de sus criados y a un devoto soldado de los que le asistían, 

 8 a los que envió a Jope, después de habérselo contado todo. 

 9 Y al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar, cerca de la hora sexta; 

 10 y aconteció que le vino mucha hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis. 

 11 Y vio el cielo abierto, y que descendía algo como un gran lienzo que, atado de los cuatro cabos, era bajado a la tierra, 

 12 en el cual había de todos los cuadrúpedos de la tierra, y reptiles y aves del cielo. 

 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 

 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 

 15 Y volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú común. 

 16 Y esto ocurrió tres veces; y el lienzo volvió a ser recogido en el cielo. 

 17 Y mientras Pedro dudaba dentro de sí, preguntándose qué sería la visión que había visto, he aquí, los hombres que habían sido enviados por Cornelio, habiendo preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. 

 18 Y llamando, preguntaron si Simón, que tenía por sobrenombre Pedro, se hospedaba allí. 

 19 Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. 

 20 Levántate, pues, y desciende y no dudes en ir con ellos, porque yo los he enviado. 

 21 Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, dijo: Heme aquí, yo soy el que buscáis. ¿Cuál es la causa por la que habéis venido? 

 22 Y ellos dijeron: Cornelio, el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que goza de buena fama entre toda la nación de los judíos, ha recibido aviso de un santo ángel de hacerte venir a su casa y oír tus palabras. 

 23 Entonces, haciéndolos pasar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope. 

 24 Y al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo llamado a sus parientes y a los amigos más íntimos. 

 25 Y cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle; y postrándose a sus pies, le adoró. 

 26 Pero Pedro le levantó, diciendo: ¡Levántate! Yo mismo también soy hombre. 

 27 Y hablando con él, entró y halló a muchos que se habían reunido. 

 28 Y les dijo: Vosotros sabéis que está prohibido para un varón judío juntarse con un extranjero o acercarse a él, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre llame común o inmundo; 

 29 por lo cual, al ser llamado, he venido sin poner ninguna objeción. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir? 

 30 Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba ayunando; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, he aquí, un varón con vestiduras resplandecientes se puso delante de mí. 

 31 Y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. 

 32 Envía, pues, a Jope y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; este se hospeda en casa de Simón, el curtidor, junto al mar, quien, cuando venga, te hablará. 

 33 Así que, enseguida envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado. 

 34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 

 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace lo justo. 

 36 Dios envió la palabra a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; este es el Señor de todos. 

 37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan, 

 38 en cuanto a Jesús de Nazaret: cómo le ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 

 39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén, a quien mataron, colgándole en un madero. 

 40 A este levantó Dios al tercer día e hizo que se apareciese, 

 41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos. 

 42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de los vivos y de los muertos. 

 43 De él dan testimonio todos los profetas, de que todos los que crean en él recibirán perdón de pecados por su nombre. 

 44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el mensaje. 

 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo, 

 46 porque los oían que hablaban en lenguas y que magnificaban a Dios. 

 47 Entonces respondió Pedro: ¿Acaso puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? 

 48 Y les mandó que fueran bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.





sábado, 15 de agosto de 2020

Somos Linaje De Dios





Hechos 17

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.

17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y con los creyentes, y en la plaza cada día con los que allí concurrían.

18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba a Jesús y la resurrección.

19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva doctrina que proclamas?

20 Porque traes a nuestros oídos cosas extrañas; queremos, pues, saber qué quiere decir esto.

21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, de ninguna otra cosa se ocupaban, sino en decir o en oír algo nuevo).

22 Pablo se puso en medio del Areópago y dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos,

23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: Al Dios no conocido. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.

24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,

25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitara de algo, pues él es quien da a todos vida, y aliento y todas las cosas.

26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de la habitación de ellos,

27 para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallasen; aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

28 Porque en él vivimos, y nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también dijeron: Porque linaje suyo somos.

29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o a plata, o a piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.

30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan.

31 Por cuanto ha establecido un día en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón a quien ha designado, dando fe a todos al haberle levantado de entre los muertos.

32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos hablar acerca de esto otra vez.

33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.

34 Pero algunos creyeron y se unieron a él, entre los que también estaban Dionisio, el del Areópago, y una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.


domingo, 12 de julio de 2020

El Camino A Damasco





Hechos 22 

1 Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros. 

2 (Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio). Y él les dijo: 

3 Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad a los pies de Gamaliel, instruido estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como todos vosotros lo sois hoy. 

4 Perseguía yo este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y a mujeres, 

5 como también el sumo sacerdote me es testigo y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, e iba a Damasco para traer presos a Jerusalén aun a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados. 

6 Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó mucha luz del cielo; 

7 y caí al suelo y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 

8 Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quién tú persigues. 

9 Y los que estaban conmigo vieron en verdad la luz y se espantaron, pero no oyeron la voz del que hablaba conmigo. 

10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que te está señalado hacer. 

11 Y como yo no veía a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, llegué a Damasco. 

12 Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso conforme a la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, 

13 vino a mí y, acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe de nuevo la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y le miré. 

14 Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conocieses su voluntad, y vieses a aquel Justo y oyeses la voz de su boca. 

15 Porque serás testigo suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído. 

16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate y lava tus pecados, invocando su nombre. 

17 Y me aconteció, de regreso en Jerusalén, que orando en el templo, me sobrevino un éxtasis. 

18 Y le vi que me decía: Date prisa y sal prontamente de Jerusalén, porque no recibirán tu testimonio acerca de mí. 

19 Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encarcelaba y azotaba en todas las sinagogas a los que creían en ti; 

20 y cuando se derramaba la sangre de Esteban, tu testigo, yo mismo también estaba presente, y consentía en su muerte y guardaba las ropas de los que le mataban. 

21 Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles. 

22 Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a este hombre, porque no conviene que viva. 

23 Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas y echando polvo al aire, 

24 mandó el tribuno que le llevasen a la fortaleza y ordenó que fuese interrogado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él. 

25 Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? 

26 Y cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. 

27 Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Y él dijo: Sí. 

28 Y respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. 

29 Así que, enseguida se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno también tuvo temor al saber que era ciudadano romano, por haberle atado. 

30 Y al día siguiente, queriendo saber con certeza la causa por la cual era acusado por los judíos, le soltó de las cadenas, y mandó venir a los principales sacerdotes y a todo el concilio; y sacando a Pablo, le presentó ante ellos.



lunes, 29 de junio de 2020

Ten Animo




Hechos 23:11 11 Y a la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.

12 Y al llegar el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo.


martes, 7 de abril de 2020

Sois Templo De Dios




1 Corintios 3:14-17

14 Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.

15 Si la obra de alguno fuere quemada, sufrirá pérdida; pero él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

16¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

17Si alguno profanare el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.



viernes, 20 de marzo de 2020

He Guardado La Fe




2 Timoteo 4:1–8 

1 Yo te encargo solemnemente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 

2 que prediques la palabra, que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 

3 Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 

4 y apartarán el oído de la verdad y se volverán a las fábulas. 

5 Pero tú sé prudente en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 

6 Porque yo ya estoy a punto de ser ofrecido como sacrificio, y el tiempo de mi partida está cercano. 

7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 

8Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.



domingo, 2 de septiembre de 2018

La Conferencia De Jerusalén




Hechos 15

1Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.
2Puesto que surgió una disensión y contienda no pequeña de Pablo y Bernabé con ellos, se dispuso que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subiesen a Jerusalén, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
3Ellos, pues, habiendo sido enviados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando acerca de la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos.
4Y al llegar a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, y por los apóstoles y por los ancianos; y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.
5Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron, diciendo: Es menester circuncidarlos y mandarles que guarden la ley de Moisés.
6Entonces se reunieron los apóstoles y los ancianos para examinar este asunto.
7Y tras mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis que hace ya algún tiempo Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
8Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros;
9y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
10Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
11Antes bien, creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, al igual que ellos.
12Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes maravillas y señales había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.
13Y después que hubieron callado, Jacobo respondió, diciendo: Varones hermanos, oídme:
14Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre;
15y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16Después de esto volveréy reedificaré la habitación de David, que estaba caída;y repararé sus ruinasy la volveré a levantar,
17para que el resto de los hombres busque al Señor,y también todos los gentiles, sobre los que es invocado mi nombre,dice el Señor, que hace todas estas cosas.
18Conocidas son a Dios todas sus obras desde la fundación del mundo.
19Por lo cual, yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
20sino que se les escriba que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de lo estrangulado y de sangre.
21Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.



22Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos a algunos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas, que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos
23y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles, y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, y en Siria y en Cilicia, salud.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Unidad De La Fe




Efesios 4:1–15

1  Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que habéis sido llamados,
2  con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor;
3  solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
4  Un cuerpo, y un Espíritu; como fuisteis también llamados a una misma esperanza de vuestra vocación;
5  un Señor, una fe, un bautismo,
6  un Dios y Padre de todos, quien está sobre todos, y por todos y en todos vosotros.
7  Pero a cada uno de nosotros dada fue la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
8  Por lo cual dice:Subiendo a lo alto, llevó cautivos a los cautivos,y dio dones a los hombres.
9  (Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
10  El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo).
11  Y él mismo constituyó a unos apóstoles; y a otros, profetas; y a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros;
12  a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13  hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
14  para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error,
15  sino que, hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, a saber,Cristo


martes, 15 de agosto de 2017

La Caridad Nunca Deja De Ser



1 Corintios 13:1-13

1  Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.
2  Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
3  Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
4  La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la 
caridad no se jacta, no se envanece;
5  no se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
6  no se regocija en la maldad, sino que se regocija en la verdad;
7  todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8  La caridad nunca deja de ser; mas las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y el conocimiento se acabará;
9  porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
10  mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
11  Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
12  Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13  Y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad.






sábado, 20 de agosto de 2016

Ya No Sois Extranjero


Efesios 2:10–22

10  Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
11  Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión, hecha con mano en la carne;
12  y de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, y ajenos a los convenios de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13  Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14  Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
15  aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientosexpresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
16  y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
17  Y vino, y anunció la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca,
18  porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
19  Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos con los santos, y miembros de la familia de Dios;
20  edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21  en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22  en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.




viernes, 29 de julio de 2016

Jesús Es Condenado Ante Pilato



Mateo 27:1–2, 11–25

1  Y cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte.
2  Y lo llevaron atado y lo entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.
...
11  Y Jesús estaba de pie delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lodices.
12  Y al ser acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió.


13  Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?
14  Pero Jesús no le respondió ni una palabra, de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
15  Y, en el día de la fiesta, acostumbraba el gobernador soltar un preso al pueblo, el que quisiesen.
16  Y tenían entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.
17  Y habiéndose ellos reunido, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús, que es llamado el Cristo?,
18  porque sabía que por envidia le habían entregado.
19  Y estando él sentado en el tribunal, su esposa le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he padecido muchas cosas en sueños por causa de él.

20  Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron al pueblo de que pidiese a Barrabás, y de que se diese muerte a Jesús.
21  Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: ¡A Barrabás!
22  Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré con Jesús, que es llamado el Cristo? Le dijeron todos: ¡Sea crucificado!
23  Y el gobernador les dijo: Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban más, diciendo: ¡Sea crucificado!
24  Y viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo. ¡Allá vosotros!
25  Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos.


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