martes, 15 de agosto de 2017

La Caridad Nunca Deja De Ser



1 Corintios 13:1-13

1  Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.
2  Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
3  Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
4  La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la 
caridad no se jacta, no se envanece;
5  no se comporta indebidamente, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
6  no se regocija en la maldad, sino que se regocija en la verdad;
7  todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8  La caridad nunca deja de ser; mas las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y el conocimiento se acabará;
9  porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
10  mas cuando venga lo que es perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
11  Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
12  Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13  Y ahora permanecen la fe, la esperanza y la caridad, estas tres; pero la mayor de ellas es la caridad.






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